Carlos descubre entre las páginas de uno de sus libros una tarjeta escrita con trazos infantiles: es de Amilamia, una niña que compartía sus juegos en el parque cuando él tenía 14 años y ella solamente 7. La tarjeta despierta en Carlos –que ya tiene 29 años-, un cúmulo de dulces recuerdos y se va convirtiendo en una obsesión. Decide buscarla, pero los padres le cuentan que ella falleció a los siete años. Tiempo después, Carlos regresa para darles a los padres la tarjeta que alguna vez escribió Amilamia y se encuentra con una sorpresa.