El Zar Alejandro II (1855-1881) toma como amante a la bella estudiante Katia, lo que supone un fulgurante ascenso social para la joven, que llega incluso a recibir el título de princesa. En la corte del zar, donde las intrigas se suceden sin tregua y Katia se convertirá en el epicentro de una de ellas cuyo objetivo es el asesinato del zar de todas las Rusias.