Los macacos de Gibraltar son los únicos primates salvajes no humanos de Europa, que crían en medio del ajetreo de la ciudad. A medio mundo de distancia, en Bonaire, los padres de los flamencos pasan seis semanas construyendo un nido en espera de sus polluelos. Lo que une a estas dos especies, entre otras, es el reconocimiento instintivo de la importancia de la vida familiar, y lo mucho que harán para preservarla y celebrarla.