Los detectives encuentran el jeep de Salfate abandonado en un callejón y dentro de este un polerón de niño con sangre, que al parecer pertenece a Mateo. Salfate era el hombre de pelo blanco que tenía a Mateo en un principio, sin embargo, ahora el niño está con una misteriosa mujer, a la que el pequeño parece conocer muy bien.