Salfate fue sacado del hotel donde se escondía para protegerlo de la policía. Sin embargo, su supuesto aliado en el secuestro de Mateo, lo llevó hasta la casa de campo de los Betancourt, donde el hombre se arrodilló frente a un Cristo para pedir perdón por lo que ha hecho. En ese momento, el extraño cómplice de Salfate, lo ahorcó con una cuerda.