Nagi se sorprende cuando Erika visita su casa. Debido a su crianza adinerada, Erika está completamente fuera de la vida normal y le cuesta creer que toda la familia de Nagi vive en una casa tan pequeña. Ella invita a Nagi a la casa de su familia, una mansión opulenta, y también revela que son dueños de tres casas similares en todo Japón y tres en otros países.