Sang-hyuk pasa la noche en casa de Baek-ryeon y sueña con Jeon-ah. En ese sueño, se advierte a Baek-ryeon de que no suelte la mano del hombre de su destino. En la vida real, Baek-ryeon está en peligro porque el criminal no la pierde de vista. Al mismo tiempo, el número de víctimas asesinadas aumenta.