El cuerpo encontrado es el de Giorgia, la primera esposa de Italo. La autopsia limpia su nombre de cualquier cargo de asesinato, pero también destruye sus esperanzas de volver a verla. Devastado, el hombre intenta acabar con su vida, pero María se las arregla para disuadirlo. Durante el funeral, Italo descubre que Vittorio una vez estafó a la familia de su difunta esposa y, en un ataque de ira contra su tío, lo golpea y abandona la granja. Con Vittorio en reposo en cama e Italo desaparecido, María debe encargarse de todo y demuestra ser muy capaz, llegando incluso a lograr ofrecer mejores condiciones laborales a los trabajadores del campo. Al regreso de Italo, un un sentimiento profundo parece estar floreciendo entre él y María. Esta paz es interrumpida por terribles noticias que obligan a María a regresar a su casa, en Calabria.