Cuando Wendall Dobbs, sargento de artillería de la Marina, es asesinado tras ser tiroteado por una banda callejera armada con fusiles AK-47, los miembros del NCIS sospechan que el militar fallecido podía estar involucrado en una trama de importación ilegal de armas automáticas. Las primeras indagaciones revelan que desde su privilegiado puesto administrativo, Dobbs llevó a cabo extrañas transacciones para proteger a Darryl, su hermano menor vinculado a una banda callejera. Poco después, Callen se infiltra en el peligroso grupo fingiendo ser el primo de Darryl con un único objetivo en mente: desarticular la red de tráfico de armas.