Jeppe Nygren asume el cargo de director adjunto de la Orquesta Sinfónica de Copenhague y es recibido calurosamente por su nuevo director, quien le habla con franqueza de las peculiaridades de sus músicos. Jeppe rápidamente obtiene un ejemplo de estos comportamientos y le da al amargado segundo clarinetista Bo la promesa maldita de un solo. Como era de suponer, tendrá consecuencias a largo plazo.