Mac y Danny acuden a la habitación de un hotel, donde una novia aparece muerta cuando su padre llega a recogerla para llevarla al lugar de la ceremonia. Los dos agentes concluyen que la causa de la muerte podría ser por envenenamiento. Por si esto no fuera poco, descubren que el vehículo conductor del veneno fue el propio vestido. El trabajador de una funeraria estaba vendiendo trajes de novias muertas justo después del funeral a tiendas de segunda mano. Por su parte, Stella, Aiden y Flack acuden a un monasterio abandonado donde dos inspectores de edificios han encontrado una mano. El equipo encuentra el cuerpo pocos metros más adelante. La víctima había sido encadenada a un muro durante unos días y logró dislocarse la muñeca hasta poder deshacerse de las esposas. Desafortunadamente, murió desangrado. La investigación apunta a un preso, enemigo acérrimo de la persona fallecida.