Mariana y Joaquín se reencuentran en el hospital y allí la tensión se acumula entre ellos, pues, aunque no se soportan, también hay algo inevitable que los atrae hacia el otro. Mariana no sabe si puede confiar en Joaquín, a quien realmente conoce como el señor Stewart, sin embargo, se confiesa con José y admite, por primera vez, que sus sentimientos por el hombre la confunden.