Al sospechar que el señor Stewart es Joaquín, Mariana hace que una mujer le lea las cenizas del tabaco y le haga una impactante confesión, la cual la motiva a visitar a su vecino. Sara decide sincerarse con Alfredo, quien no acepta que haya dejado la universidad por seguir su sueño de convertirse en fotógrafa, por lo cual le quita la herencia y le asegura que no le dará más dinero.