Han pasado cuatro años desde los sucesos de Ondarroa. En la actualidad, Nerea García está fuera de la Ertzaintza: apenas sale de casa y necesita la ayuda de pastillas para afrontar su día a día. Pero nada es para siempre. Cuando aparece el cadáver de una mujer asesinada violentamente, los fantasmas del pasado vuelven a llamar a su puerta. Esta vez, sin embargo, lo que está en juego es mucho más complejo y personal. Nada es lo que parece y Nerea no podrá fiarse de nadie. Ni siquiera de sí misma.