Después de pasar su primera noche en casa de su abuelo, Heidi se despierta a la feliz realización de que su recién adquirida felicidad no es un sueño. Onji le permite a Heidi unirse a Pedro en su viaje al prado. La rutina del joven cabrero se convierte en una aventura para la niña. Aprende un par de valiosas lecciones y regresa a casa emocionada de compartirlas con Onji.