Mientras patrullan, Kuroko y Kazari se encuentran con un par de pequeños ladrones que roban de un automóvil a plena luz del día. Sin embargo, cuando Kuroko ataca, los ladrones la emboscan y hieren a Kazari mientras se escapan rápidamente. Kazari regaña a Kuroko no solo por ignorar su advertencia, sino también por olvidar la promesa que hicieron juntos.