Unos topógrafos descubren en los páramos el cuerpo de una joven enterrada, tras un deslizamiento de tierra provocado por una fuerte lluvia. Se trata de Mia Hinkin, que había sido declarada desaparecida seis semanas antes. La joven vivía en la granja familiar, pero según todos los testimonios, tenía previsto fugarse y vivir en Newcastle.