Cuando Koyuki acepta la invitación de Ryusuke para ver a su banda actuar en vivo, sin saberlo, establece un camino de autodescubrimiento. Pero lo que Koyuki encuentra lo perturba e intriga, ya que el joven descubre los mejores y peores aspectos de la naturaleza humana. Y aunque su mundo comienza a expandirse, la duda y la incertidumbre amenazan con hacer que se derrumbe sobre sí mismo.