Rogelio, padre de Flores, se ve implicado en un robo de obras de arte junto con los Jorowisch. El robo se ha cometido en una iglesia y ha actuado como cómplice al sacristán, que aparece muerto en una pensión. Irene, mujer de Rogelio, viene a ver a Flores para decirle que tiene que protegen a su padre porque tanto su familia como dos matones a sueldo quieren matarle.