Cuando Pasífae se entera que Jasón ha aceptado casarse con Ariadna, teme que la Atlántida y su trono queden fuera de su alcance para siempre. Ariadna y Jasón buscan la bendición de los dioses para su matrimonio, y para que de esa manera la gente lo aceptase de manera más fácil. El Oráculo considera que los augurios son buenos, pero esto pone en peligro la posición de Pasífae por el poder aún más, por lo que secuestra al Oráculo, y le encarcela. La reina se encuentra con Medusa, y le promete poner fin a su miseria, pero primero deberá hacer algo por ella: convertir al Oráculo en piedra.