Laura y Alberto son ahora una pareja, pero la profesión se interpone entre ellos. Laura querría dejarlo pero Alberto argumenta que tiene deudas y así oculta que no ha hecho otra cosa en toda su vida y tiene miedo al vacío y a la relación. Pero los celos aparecen cuando ambos se van con otros clientes. Después llegan las discusiones y un desmayo de Laura inesperado. En el hospital se confirma que Laura está embarazada. Y sólo ha hecho el amor con protección con él, cuando estaba detenido. En cambio, Luna y César están más distanciados que nunca. Pero ella quiere que sea César el que se lo diga a la cara por lo que, con la excusa de agradecerle lo de las fotos del capítulo anterior, se presenta en su casa. Pero allí sólo está Irene que se encarga de dejarle sutilmente claro que ahora el corazón de César está ocupado. Irene, en presencia de César, se interesa por Luna pero César debe mantenerse frío y alejado de la prostituta. Aunque haciendo el amor con Irene se da cuenta que la relación sexual nunca será como con Luna.