Lucas sigue sin acercarse a su prima, aunque no le ha confesado a su mujer los auténticos motivos de su ruptura con Luna. No entiende lo que ella justifica como “sacrificio”. Luna tiene que declarar ante el juez por la agresión de Manuel a Gonzalo. El resto de los implicados también declaran e intentan decir la verdad, excepto Manuel y su madre que han optado por negar la evidencia. Incluso, doña Úrsula se permite el lujo de intentar sobornar al juez. También es el día en que Gonzalo se somete a la operación experimental. La tensión de Luna es superior a ella, por eso acepta una invitación de César que tiene problemas para dar con la clave que redondee su edificio. Será Luna quien se la dé: le falta alma. César, agradecido, se la llevará al campo para que se relaje. Toni, el hijo de Lucas, tiene problemas escolares hasta que se descubre que la razón es que es superdotado. Requiere educación especial y eso vale dinero. Lucas se sacrificará por él y aceptará el trabajo que más detesta: paparazzi. Ese gesto le hará entender las razones que lo distanciaron de su prima y hará las paces con ella. Pero Luna le confesará su nuevo dilema: se olvidó de Gonzalo porque, por primera vez desde que se dedica a la prostitución, disfrutó con un hombre. Se trata de César.