Cuando Lucifer se cansa de Dios, este lo expulsa del Cielo. Al dejar de caer, Lucifer se encuentra en el mismo Infierno, donde los Siete Pecados Capitales, los demonios que regentan el infierno, deciden oponerse al ángel caído para poder probar su fuerza y torturarlo. Lucifer, sin embargo, no tiene intenciones de regresar al Cielo.