Doña Lucha regresa cabizbaja después de no haber podido vender el licuado de Papá Antonio como bebida vigorizante, pero está ilusionada al pensar qué le irá a regalar Albertano ahora que será 10 de mayo. Doña Juana le pregunta a Doña Lucha por su Tilín, ésta le dice que lo vio en sus macetas y luego restregándose contra sus sábanas recién lavadas. Le pide que lo cuide, para que no le pase nada. María le sugiere a Albertano regalarle un nieto a Doña Lucha, pero éste descarta la idea. Doña Lucha se encuentra con El Macaco en una manifestación para la liberación de las presas hidroeléctricas, ésta le pide un buen montón de panfletos para ayudarlos, pero en realidad los quiere para encender su boiler. Mientras Lucha está encendiendo los papeles, llegan dos policías buscando a los manifestantes que causaron destrozos en el Centro y la descubren con los volantes del Macaco, por lo que creen que es la lideresa de la manifestación y está quemando evidencia, así que se la llevan detenida. Todo se agrava cuando Doña Juana dice frente a los policías que Lucha tiene mucho que ver con la desaparición del Tilín. La policía se la lleva detenida y Albertano sólo ve cuando se llevan a su madre. Entre El Chino, Rosa Aurora, Albertano y María checan con cuánto dinero cuentan para sacar a Doña Lucha. En la cárcel, las internas comienzan a buscar problemas con Doña Lucha y pretenden golpearla, pero ésta aplica su técnica del tlacuache echado. En eso llegan las celadoras. María le habla a Albertano de una fábrica de muñecas finas donde compran pelo humano, le sugiere que venda su cabello para juntar dinero y sacar a su mamá de la cárcel. Rosa Aurora y El Chino van al ministerio público y con un abogado que les recomiendan, quien les pide dinero para sacar a Lucha de la cárcel, pero El Chino no confía en él y El Macaco sugiere hacer mejor una manifestación. Doña Lucha confiesa que se sonó al Tilín, que la tenía harta con sus diabluras y la última vez que lo vio lo dejó arrastrándose y quejándose. Lo describe con sus bigototes, un ojito que se le va de paseo y su pechito blanco. Los policías y la celadora creen que se despachó a un importante delincuente que nadie ha podido atrapar y con eso gana privilegios en la cárcel gracias al miedo que infunde, pero le aseguran que pasará 30 años encerrada. El Macaco organiza una marcha para sacar a Doña Lucha de la cárcel a la voz de "¡Lucha Libre!"