Alice la cuidadora de animales está repartiendo a las personas comida para pingüinos, pero éstos se percatan de que no es pescado sino galletas de soya, así que deciden robarlo de un camión repartidor. Julien no quiere el olor a pescado, así que frustra el plan de los pingüinos. Al final ni Julien ni los pingüinos se quedan con el pescado.