Tras la súbita enfermedad de Fernando, Sancho y sus tropas regresan a León. Ruy comunica a su abuelo que Flaín envió un sicario para matarle. Rodrigo sabe que la vida de su nieto corre peligro. Por su parte, Flaín no ceja en su empeño de conspirar contra el moribundo rey y decide dar un golpe de mano para hacerse con el poder a su muerte. No sabe que Urraca tiene todavía una carta por jugar.