Tras aceptar la petición de su amiga Edurne y animado por su novia Natalia, Caronte abandona Gijón por unos días para iniciar la defensa de Javier Sáez en Madrid. El abogado vuelve así a su vieja casa familiar en el castizo barrio del Manzanares. Allí se reencuentra con su antigua vida, aunque su hermana Paula no quiere verlo y su madre padece Alzheimer y está ingresada en una residencia.