El sargento de la Marina Nicholas Brody regresa a casa ocho años después de su desaparición en Irak, donde vivió encarcelado y sometido a tortura. Finalmente, un comando de las fuerzas especiales lo localiza durante una misión. La joven Carrie Mathison, una impulsiva e intuitiva agente de la CIA, sospecha que Brody se ha pasado al enemigo durante su cautiverio, pues unos meses antes un terrorista condenado a muerte le habló de un soldado norteamericano que había cambiado de bando.