Mientras la lucha por el campeonato se intensifica, Brawn GP y las demás escuderías se rebelen contra el injusto reparto de beneficios y unas normas no siempre ecuánimes: amenazan con crear su propio campeonato y desestabilizar la F1. Jenson empieza a sufrir reveses: su coche no va bien en pistas frías, y él duda de ser capaz de ser campeón. Sus rivales no dejan pasar ninguna oportunidad de ganarle. Cuando Rubens Barrichello demuestra que es un rival duro, la tensión aumenta dentro de Brawn GP.