Amanece un nuevo día en Valleperdido y una extraña tranquilidad invade sus calles. Cada miembro de la familia ha aparecido en un lugar diferente, perdido, desconcertado y sin memoria reciente. Han olvidado todo lo vivido durante el último año. Detrás de todo, la siniestra mente de Madre y su obsesión por separar y destruir para siempre a los Castillo. Pero el plan de Madre va aún más lejos, en un ejercicio inaudito de crueldad, hace que Mario y Carlitos se olviden el uno del otro. Julia ha caído en manos de sus enemigos y esta vez Madre no va a tener piedad con ella. Leo, Martín y Michelle están desmontando lo que queda del bar y rociándolo de gasolina.