“Unos meses más tarde, estaba en la sala de espera de la psicóloga, pagando por mi cuarto llanto de verdad, cuando entró una mujer con un bebé. Al principio no la reconocí, pero luego recordé su cara. ‘¿Eres la mujer del que tiene una aventura con mi mujer?’, le pregunté sin miramientos. ‘Sí’, dijo, ‘pero ya no estamos juntos’.”