Londres, década de 1940. Una figura huesuda y sombría rebusca en la basura. Veinte años atrás, la misma mujer había sido marquesa: la marquesa Casati, conocida y admirada en toda Europa. Excéntrica, mecenas de pintores y poetas, organizaba las fiestas más suntuosas de la historia de Venecia. ¿Cómo acabó mendigando en las calles?