Shiryū se enfrenta a Dragón Negro, el cual resulta ser un terrible rival. Para derrotarlo, se ve obligado a utilizar el "Dragón Ascendente de Rozan". Cuando se usa dicha técnica, el curso de la sangre se invierte circulando al revés, debido a que Shiryu no se encontraba plenamente recuperado, su cuerpo revienta y su sangre le brota por todos los poros de la piel, sin embargo no logra ocasionarle el más mínimo rasguño a su oponente. Resignado a morir, es finalmente salvado por Dragón Negro, quien usa su técnica para detener la hemorragia de Shiryū al cambiar de opinión frente a las palabras de este. Shun finalmente saca a Seiya del abismo y Shiryū ataca a sus puntos cósmicos (trazados por la constelación de un santo en su cuerpo), para que la sangre envenenada por el Meteoro Negro, salga del cuerpo de Seiya. Finalmente Shun y Shiryū se encuentran con Ikki y también Seiya les da alcance.